viernes, 15 de enero de 2010

Un cementerio al aire libre


Un cementerio al aire libre


Esta crónica se escribe desde el hotel Creole. Es una ruina, pero su piscina, el lugar más seguro, se ha convertido en uno de los cuarteles de los periodistas. Afuera, los haitianos, muchos de ellos muy magullados, se amontonan bajo toldos a la espera de que llegue la ayuda prometida. De momento no han visto nada.


Los hay que han perdido sus casas. Los hay que la conservan, pero tienen miedo, miedo a que se repita la destrucción masiva. "Ha habido muchos daños y no nos fiamos", comentan. Joselín insiste en que desde el fatídico martes se han registrado al menos 20 réplicas. "Esta misma madrugada –dice– ha habido tres, consecutivas. No han sido graves, pero crean temor, mucho". Las calles, repletas de personas que caminan o que curiosean en inmuebles medio derruidos, se han convertido en el hogar de tantos desposeídos.


Y en un infinito cementerio al aire libre. Puerto Príncipe, ciudad caótica ya de por sí, es una ruina.Nada más salir del aeropuerto, Pierre se ve obligado a desviarse. Justo ahí enfrente acaban de sacar tres cadáveres. Los han tapado con unos plásticos. Luego, durante la ruta –llevará más de dos horas llegar hasta al refugio del Creole–, los montones de escombros con personas que buscan a los desaparecidos se suceden. Los buscan con sus propias manos, sin nada más. Son incapaces de esperar a los equipos de rescate que han llegado, entre ellos varios españoles.Pierre necesita gasolina.


Es uno de los bienes escasos en una ciudad donde han cortado la electricidad –"los han hecho por seguridad", dice un joven–, el agua o la comida. Mientras el conductor saca el combustible del vehículo de uno de sus hermanos, su familia se cobija debajo de un toldo, como hace tantos otros. Una treintena de personas reunidas en torno a un gran cazuela con un líquido marrón. "Judías", explicará el guía. Los curiosos se agolpan en torno a los recién llegados, blancos y bien aseados. Les explican historias de muerte y tragedia, de la cantidad de gente a la que se ha sacado sin vida de debajo de los escombros y de las muchos a los que todavía se busca. Aún se les espera, con resignación. Una chica se acerca a los periodistas.


"Tengo hambre", les dice.Hay colegios semihundidos, tiendas, apartamentos, clubs en cuyas fachadas todavía se recuerdan noches lujuriosas. En una de estas reconstrucciones destaca la pervivencia de una vitrina, con las copas y los platos perfectamente ordenados y apilados."Sólo aquí o en África puede pasar algo así sin que el gobierno haga nada", afirma Pierre agarrado al volante. Suelta una exclamación. "Ese edificio –y gira el volante– se está cayendo un poco más". El coche pasa rápido, sin más. La conducción no resulta fácil. Sobre la calzada, como en la avenida Delma, una de las más importantes de la ciudad, se descuelgan edificios que obligan a una pirueta. En esta avenida emerge una multitud. Miran el Caribean Supermarket. Bueno, lo que era uno de los mejores establecimientos de Puerto Príncipe.

martes, 12 de enero de 2010

Sistemas automáticos cotrolarán los aeropuertos


Sistemas automáticos controlarán los aeropuertos más pequeños



En El Hierro o La Gomera se realizará una "primera experiencia" con un sistema automatizado de control a cargo de técnicos de menor remuneración y cualificación.- En 2009 algún controlador cobró 900.000 euros

Los aeropuertos españoles con menos de 50 operaciones diarias, cerca de una docena, contarán con un sistema automatizado de control aéreo que sustituirá la figura del controlador, ha anunciado esta mañana el ministro de Fomento, José Blanco, en plena polémica por la huelga encubierta de este colectivo y sus cuantiosos sueldos. Esta medida tiene el objeto de reducir los costes y las tasas de navegación aérea -y, de rebote, los billetes-, ya que permitirá "ocupar a los controladores en los aeropuertos en los que son estrictamente necesarios". Varios aeródromos canarios, como los de El Hierro o La Gomera, podrán ser objeto de una "primera experiencia" piloto de este sistema. Otras instalaciones en las que se estudia implantar son Pamplona, Huesca, La Rioja, Ciudad Real y Burgos.

Durante su comparecencia en el Congreso para explicar el nuevo modelo de gestión aeroportuaria, Blanco ha señalado que la implantación del sistema automatizado de control aéreo se hará en los aeropuertos con menos de 50 operaciones diarias pero "unas magníficas infraestructuras", en los que se colocarán los sistemas Afis, que permiten que funcione el aeropuerto sin controladores físicos y que están previstos por OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). Este sistema automatizado estará controlado siempre por un técnico de Afis, que por ejemplo informarán a los pilotos de condiciones atmosféricas, según establece la OACI, según fuentes de Fomento. Estos técnicos tienen menor cualificación que los controladores y un sueldo mucho menor.

"Una clara repercusión en el precio de los billetes"

Blanco ha afirmado que se va a potenciar también el SACTA (Sistema Automatizado para el Control del Tráfico Aéreo), que ha alcanzado un alto nivel de calidad. De hecho, uno de cada tres vuelos en el continente europeo son controlados por sistemas desarrollados por empresas españolas. Para llevar a cabo sus planes, el ministro ha apelado a la colaboración de los controladores para "racionalizar sus condiciones de trabajo" y ha dicho que así se reducirá el coste de la navegación aérea, lo que tendrá "una clara repercusión en el precio de los billetes". Para el titular de Fomento, el elevado coste de la navegación aérea en España se debe a la baja productividad y a la limitada capacidad aérea de Aena para mejorar "el deficiente sistema de organización de trabajo".

Esta situación obliga a compensar las altas tasas de navegación con el establecimiento de tasas aeroportuarias muy por debajo de la media europea, lo que a su juicio "genera un déficit de explotación que debemos abordar cuanto antes" y que ha cifrado en 300 millones de euros en 2009. La culpa, según Blanco, es de los altos salarios de los 2.300 controladores: cobran "casi el triple" que los británicos -con una media de 334.000 euros en 2008 por 1.600 horas de trabajo- y pese a su "excesivamente baja productividad", "aunque alguno llegó a cobrar hasta 900.000 euros por acumulación de horas extras". "No es posible que tengamos 713 controladores que cobran entre 340.000 y 540.000 euros", ha insistido Blanco, que ha advertido de que el Estado "no puede pagar a precio de oro las horas extra".

Por este motivo ha apelado a los controladores a que suscriban un "particular compromiso" con el objetivo de "racionalizar sus condiciones de trabajo" equiparándolas a sus homólogos europeos, con el objetivo de equilibrar las cuentas de Aena y ofrecer "tarifas más competitivas". El ministro ha señalado que la mayoría de la sociedad está de acuerdo con esta racionalización, para lo que hay que esperar que en breve haya un acuerdo entre Aena y los controladores.

Además del acuerdo con los controladores, el nuevo modelo aeroportuario pasa por modificar el real decreto que define los aeropuertos de interés general para desligar esta denominación de la prestación de vuelos internacionales, de forma que no sea un requisito para la conexión con otros países, "siempre que dispongan de las infraestructuras y equipamientos adecuados para ello". El ministro ha incidido en que a partir de la reforma se dará un fuerte impulso a los pequeños aeropuertos de interés general, con un volumen de tráfico limitado pero que juegan un importante papel en la conectividad internacional al ser preferidos por las aerolíneas de bajo coste. En cualquier caso, ha señalado que se reservará el concepto de "interés general" recogido en la Constitución, exclusivamente para los aeropuertos de iniciativa pública del Estado que configuran la rede gestionada por Aena.